domingo, 26 de octubre de 2014

Arabismos

UNA PROVINCIA SUMIDA BAJO NOMBRES ÁRABES


¿Alguna vez te has preguntado por qué tu pueblo o ciudad se llama así? ¿Por qué ese nombre tan curioso? Todo esto tiene una explicación, y se remonta varios siglos atrás.

 La toponimia, la ciencia que estudia la etimología de los nombres propios de un lugar. Gracias a ella podemos aprender mucho sobre la cultura, forma de vida, lengua y mentalidad de un país, una región o incluso un pequeño pueblo. Hay multitud de topónimos, de origen fenicio, árabe, latino, germánica… pero del que más encontramos, aquí en Granada, es de origen árabe, donde un 51% de los 90% de topónimos estudiados son de esta procedencia.

 Para corroborar y asegurar el significado de un topónimo no basta con tener una simple hipótesis, es necesario el trabajo de geógrafos, historiadores y lingüistas, entre otros especialistas, así como la investigación en fuentes documentales escritas para determinar la etimología de un sustantivo propio.


 Debemos de recordar la gran presencia que tuvo la religión musulmana (ver vídeo), y por tanto el árabe, en Granada durante más de ocho siglos, siendo así un factor muy influente en los nombres de la mayoría de pueblos, ciudades y elementos geográficos de esta provincia. Durante estos ocho siglos, los antiguos topónimos eran arabizados y yendo un poco más allá, podemos encontrar topónimos mixtos, como es el caso de “Deifontes” (Dar al-Funt), en el que “Dar” proviene del árabe y significa ‘casa’ o ‘caserío’ y “Funt”, ‘fuente’, pertenece al latín.
 La gran mayoría de los topónimos que podemos encontrar en Granada hacen referencia a un rasgo distintivo del lugar, principalmente geográfico. Entre muchos otros podemos distinguir:

 Los que evocan el agua por su importancia para la agricultura y la población: Alhama de Granada, Bubión, el anteriormente nombrado Deifontes, Dílar, Guadix, Lanjarón, Cenes de la Vega, Padul…

 Los que han heredado el nombre de alguna tribu o antiguo propietario: Alhendín, Armilla, Pulianas, Chauchina, Churriana, Maracena, Vélez de Benaudalla. 

 Los que hacen referencia a algún tipo de comercio, oficios o profesiones: Alfacar (alquería del alfarero), Cádiar, Fornes, La Malahá…
 Pero en Granada no todos los topónimos pertenecen a localidades, construcciones como la Alhambra deben su nombre a su color y estructura, “la fortaleza roja”. O el río Guadalfeo, que del árabe Wādī-l-Fa’w, significa “rio de la Quebrada” y hace referencia al terreno por donde discurre.

 Curiosamente, la zona de las Alpujarras granadinas no ha recibido la misma influencia que el resto de la provincia debido a la orografía montañosa del lugar. Se conservan una serie de topónimos de origen desconocido y que no pueden ser explicados.


   
 En este vídeo nos muestran la gran cantidad de topónimos que existen en Andalucía, su evolución y cambios que han ido sufriendo constantemente.

 Por tanto podemos comprobar, cómo la lengua árabe está todavía muy presente a nuestro alrededor. Casi todos los nombres tienen su significado y una larga historia detrás, un rasgo más de la larga estancia de los musulmanes sobre nuestra provincia.


Fuentes:

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